12 octubre, 2007

Destierro



La voz del humo emite señales expuestas por antepasados, los mismos, creían plenamente en un vagar. Se sumergían en estanques de agua pura, terreno fértil, inocencia interrumpida y besos incestuosos que, sin la existencia de medidas, no eran más que un dar y recibir.

La muerte surcó sus pasos y con sollozos las quimeras se transformaron en monstruos que desterraban al nato de sus tierras. Entonces, los cantares a santos ya no eran efectivos.

Las plegarias silentes se quedaron enraizadas en un sordomudo que acaparaba el todo, dejando así varado en el destierro, los pasos inconclusos en dimensiones cabildadas sin un rumbo, sin un interés, pero con unos deseos de ser niños, jugar a vivir y unirse en comuna.

1 comentario:

Héctor Nicolás Suero dijo...

Está muy apera la siguiente parte: "Las plegarias silentes se quedaron enraizadas en un sordomudo que acaparaba el todo"
Me encanta la profundidad metafórica...